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El fenómeno cultural de indumentaria evidencia el proceso político trasnacional de colonialidad (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

El proyecto de
acercamiento epistemológico que propongo a un
fenómeno de la vida cotidiana está precisamente
dirigido a construir una forma de hacer conocimiento
científico usando el ejemplo de la indumentaria
juvenil para dejar claro la metodología multidimensional, sin
detenernos ahí. Las expresiones de esta indumentaria
juvenil en escenarios urbanos pueden ser analizadas desde sus
implicaciones simbólicas, pero también como
evidencias de
un proceso
político y cultural más importante como la
colonialidad. Revistiendo el análisis antropológico con nuevas
perspectivas nacidas desde la filosofía y aceptadas en diversos momentos
por las ciencias
sociales se puede hacer frente a éste
fenómeno.

Cualquier estudio antropológico de la
indumentaria juvenil debe recurrir a los símbolos contenidos y expresados en formas
de la discursiva visual que corresponde. La indumentaria juvenil
de los universitarios de la ciudad de Puebla se caracteriza por
la temática libre en forma y colores, los
jóvenes expresan sus inquietudes mediante la tónica
actual en la búsqueda de nuevos espacios de comunicación y diálogo.
Se expresan sentimientos nacidos de una generación que
vive una etapa coyuntural en la vida nacional; los jóvenes
desean participación, aunque ¿es cierto todo esto?
¿Realmente son los jóvenes participativos que
buscan nuevas formas de expresión y reconocimiento?
¿Qué hay de la moda y la
publicidad?
¿Qué nos dice el uso de la ropa de marca?

Deseamos advertir al lector que ésta investigación no está limitada en su
observación por situaciones
empíricas abstraídas; por el contrario, la descripción de los fenómenos
articulados son el resultado de la reflexión de varios
eventos y
pretenden afianzar su estancia dentro de la antropología filosófica. La
reflexión filosófica implica más retos por
la falta de normalización de su lectura; sin
embargo, los ensayos
permiten a las ciencias
abrirse a nuevos diálogos y tomar en cuenta la dinámica de los
fenómenos.

Desde la reflexión filosófica pretendemos
dos argumentos para acercarnos al fenómeno del consumo
generalizado de ropa de marca: el argumento tácito es la
justificación inmediata para la existencia de este
producto, la
ropa existe para algo; el argumento implícito es una
suerte de mensaje oculto más relevante y sin el que carece
de sentido usar una prenda u otra. Al seguir la idea general del
conocimiento
tácito y del conocimiento implícito se hará
una observación general de los aspectos de la vida
cotidiana actual y se distinguirán las motivaciones y las
implicaciones, con esto podremos diferenciar los argumentos
tácitos, que serían las motivaciones del acto, por
ejemplo: "comer para sobrevivir"; y los argumentos
implícitos o las implicaciones: "comer con buenos modales
en la mesa".

Reiteramos que el objeto de estudio: en esta epistemología de la vida cotidiana no fue
la ropa de marca y su consumo generalizado en la población juvenil urbana sino las
inmanencias filosóficas que surgen de su reflexión,
el proceso histórico de colonialidad y la postura que debe
optar la ciencia
antropología ante su análisis.
Siguiendo de cerca la perspectiva multidimensional se hará
hincapié en las consecuencias políticas,
filosóficas, sociales y culturales del hecho sugerido. La
perspectiva multidimensional nos sugiere un estudio que parta
desde las observaciones en las implicaciones culturales sin
perder de vista las consecuencias políticas de los actos:
consecuencias emanadas de lo Político, no de
la Política. (Grüner, 2002)

La identificación de los jóvenes con la
publicidad de la ropa de marca está sujeta a estrategias de
seducción con que los publicistas incitan al deseo de
consumo; presentando a éste como una invitación a
la forma de vida que la publicidad propone seductoramente. La
mercadotecnia
es la programación de la forma de vida (si se
comprende el concepto);
embelezan al receptor con un mensaje falso sobre la pertenencia a
algún grupo
económico, social, cultural por el hecho de consumir
determinados objetos que se proponen como artificios
identitarios
; se ficticia sobre la cercanía del
comprador y el mundo al que se invita: el mundo maravilloso del
vaquero marlboro y la rubia superior. En el momento que
se construye una relación social entre el mensaje
publicitario y la mercancía se ficticia la identidad y se
radicaliza en un fetiche o cliché.

Tenemos razón en afirmar que la colonialidad no
es una relación social, sino material y de
posesión, aunque no es el colonizado quién posee el
objeto, sino el colonizador quien posee al colonizado como
consumidor
cautivo. La publicidad en este sentido entra como agente
colonizador en tanto que permite la reproducción pictórica de un
"estilo de vida
correcto" propuesto por las grandes marcas de ropa
que introducen sus productos en
México:
Liverpool, Palacio de Hierro,
Inditex, entre otros. En el fetiche del objeto de consumo (ropa
en este caso) se concentra la relación total del
colonizado con el colonizador: el colonizado desea pertenecer al
grupo social propuesto en la publicidad e imita su discurso
visual corpóreo al que accede con el consumo de la ropa y
los estilos de ropa adecuados para cada temporada.
¿Qué postura debe tomar la ciencia
antropológica ante una relación de consumo cuando
se consideran las inmanencias políticas y
filosóficas del fenómeno?

1. 2. DESCRIPCIÓN DEL TEMA

El enfoque multidimensional que se intenta dar al
fenómeno cultural de estudio en un espacio localizado
rebasa el tratamiento "aquí y ahora" de los procesos
sociales. A partir de la relación entre la indumentaria
juvenil urbana y los actos de identificación de estatus,
jerarquías e identidad, se hará un recorrido sobre
los elementos significativos en el proceso de identidad mediante
la indumentaria. El esbozo inmediato de las significaciones
fundacionales del acto indumentario se torna revelador cuando
desenmascaramos las implicaciones filosóficas en él
sumergidas.

Comenzamos la tesis con el
análisis de las formas de vestimenta de los jóvenes
de la ciudad de Puebla para develar elementos significativos
sobre la construcción de las relaciones de identidad
con la fase fundamental de la juventud de la
Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla como una categoría de
análisis grupal único de las sociedades
urbanas; con la explicación de las formas de vestimenta
nos alejamos cada vez más de interpretaciones
sociológicas modernas que en Francia
propusieron una visión post-moderna de los
lugares de tránsito como la Teoría
de los No-Lugares de Marc Augé
que no consideró la expresividad de la ropa utilizada como
un artificio en el juego
identitario.

El primer concepto original propuesto en la tesis es
artificio identitario; éste concepto guarda
relación con el de evidencia de la Teoría
de la Corporeidad de José Carlos Aguado pero no subsume su
explicación. El artificio identitario no es una evidencia
de significación, sino un conjunto de significaciones
utilizados para crear un nexo identitario. Sin duda puede ser una
evidencia en determinado caso pero el artificio identitario es un
atajo de la
comunicación: una idea abreviada que se utiliza con el
fin de comunicar simpatía con algún grupo social
específico. Hasta este momento el proceso identitario
parece ser una práctica neutral dentro de un mundo de
significaciones atrayentes.

Los artificios identitarios rebasan la
satisfacción de la necesidad básica de vestimenta y
nos adentran a nuevas consideraciones socio-políticas, y
decimos esto porque al transmitir un mensaje visual los
artificios identitarios son utilizados como discursos
públicos. La indumentaria funciona como un discurso visual
público y político ya que todo discurso está
construido con base en las relaciones de poder; la
cuestión del contexto sociocultural de reproducción
del poder es el siguiente elemento a describir en la
tesis.

La imagen corporal
es el conjunto de elementos referentes a la vestimenta y al uso
de accesorios relacionados con ella pero desde el punto de vista
de la identidad y sus implicaciones. Al ser vista como un acto
político, la imagen corporal, es teñida por nuevas
aseveraciones sobre los usos y distinciones de la práctica
indumentaria: ahora el estatus y las pretensiones de poder son
asimilados como parte fundamental del discurso visual. Las
finitudes inmediatas de la imagen corporal entendida como
discurso visual son explicadas desde el estatus y el honor
social.

Nuestras intenciones multidimensionales nos hacen girar
la mirada a la situación económica del proceso de
mercantilización de los fetiches de honor social y la
comercialización de la ropa como
"galardón" de la competencia
económica del capitalismo.
Las grandes firmas de ropa de marca crean complicados artilugios
de propagación de ideologías a partir del uso de su
ropa y su justificación, con ello empujan a los
jóvenes a entrar a las redes de competencia
simbólica para el uso de sus prendas. La publicidad con
que se dan a conocer las nuevas tendencias de ropa reincide en la
enajenación del público y la
intención de adentrarlo a un estado de
expectación e incertidumbre sobre el correcto uso de la
prenda.

La publicidad impresa de la ropa de grandes marcas es un
registro
documental que transmite la justificación de la ropa de
marca como indumentaria ideal de temporada mientras se
justifica como el prototipo de un
hacer/estar-en-el-mundo; es decir, rige la
norma de corporeidad mediante pautas de comportamiento
adecuadas para la indumentaria y los mensajes precisos que deben
enviarse. La relación entre el consumo de ropa de marca y
la interiorización de las "pautas de comportamiento
adecuado" rebasa toda posibilidad etnográfica para su
análisis y pretende con ello una respuesta sencilla a un
problema complicado.

Es mediante la ropa de marca que las pautas de
comportamiento adecuado se difunden y se apropian en contextos
incompatibles; es decir, de acuerdo al verdadero nivel
adquisitivo de la media poblacional. Algunas de estas pautas de
comportamiento invaden nuevos planos y corrigen la percepción
personal sobre
la individualidad, pues se solidifican ante la expectación
mundial de justificaciones racistas sobre la erótica y la
estética adecuadas emanada de "concientes
colonialistas": programaciones difundidas desde el centro hacia
la periferia y que constituyen la estructura de
representación y reproducción de la vida social;
los conscientes colonialistas son las programaciones que
instauran los juicios de valor sobre la
forma de conocimiento, de vivienda, de poder, de democracia,
entre otras cuestiones; son los discursos públicos
emanados de los países del centro y con los cuales se
intenta la homogeneización de la vida colectiva de los
demás países. La colonialidad es el marco
más general sobre el cual explicamos la presencia de la
enajenación y el desapego cultural en países de
América
Latina: la apropiación de pautas de comportamiento
extranjeras antinómicas a nuestro lugar de
enunciación.

Vista como un proceso de larga duración, la
colonialidad, encuentra varias fases en la forma de
invasión en los países de Nuestra América. La segunda parte del
capítulo tres intenta describir a vuelo de pájaro
la historia viva del
proceso de colonialidad, ya muy antiguo. No es la misma forma de
colonización que vivieron los pueblos
pre-colombinos con los imperios ibéricos; sin
embargo, la suerte de explicación para el
epistemicidio es la misma en nuestra era "global y de la
informática". El epistemicidio es la
aniquilación sistemática de una forma de
conocimiento (Santos, 2001). Ahora son formas culturales de
colonización las que avanzan y se adentran en los proyectos
políticos de Estado-Nación;
nada más importante que recalcar la importancia de la
visión multidimensional, que no interdisciplinaria, para
exponer estos temas.

La respuesta del conocimiento latinoamericano nunca ha
sido tema de más cuando se abordan los proyectos
políticos de Estado-Nación
y ésta no es la excepción. La forma de
construcción de conocimiento en nuestros países nos
señala el camino oportuno para una respuesta a la
colonialidad; empero, solo conociendo las etapas de
consolidación de pensamiento
que han presenciado nuestros filósofos, pensadores y científicos,
podremos formular un ideario de acción;
pues, es propedéutica la historia de las ideas. La
última opción lanzada en esta tesis es una
propuesta de Antropología Crítica
Latinoamericana que pueda reunir el
conocimiento producido y el cual privilegiará siempre
nuestro lugar de enunciación. Proponemos a la
Antropología Crítica como la perspectiva
desmitificadora de los discursos clásicos y que se
incorpora al conjunto de teorías
críticas propuestas en distintos momentos de la historia,
por ejemplo: la antropología de la liberación, la
teoría de la dependencia, la filosofía de la
liberación, por mencionar algunas.

Es ideario político también el discurso
científico y es obligación del pensador no
permanecer indiferente a la política inmersa en
la categorización de la teoría. El apéndice
propuesto al final de la tesis lleva a la reflexión al
lector interesado en la enunciación conceptual de nuestras
ciencias sociales. Nunca está de más preguntarnos
la pertinencia del lenguaje usado
cuando se pretende ser objetivo;
tampoco es fortuita la elección de los conceptos y mucho
menos intrascendente. Esperamos poner a prueba la veracidad de
muchos conceptos establecidos a lo largo de la tesis.

1. 3. EXPOSICIÓN
DE OBJETIVOS

El objetivo general de esta tesis es proponer conceptos
filosóficos de las perspectivas anticolonialistas como
categorías operacionales en los trabajos
antropológicos y etnográficos, en este caso:
colonialidad, indiferencia, epistemicidio,
grupo de referencia, enajenación y liberación

en el estudio de la identificación de los grupos juveniles
urbanos por su indumentaria y las implicaciones
filosóficas de su reflexión, se espera hacer la
vinculación inmediata de un fenómeno netamente
cultural y la epistemología de las ciencias sociales como
proyecto de reivindicación política. El uso de las
estrategias antropológicas clásicas pondrá a
prueba la pertinencia de estas teorías frente a las nuevas
interpretaciones de la epistemología de las ciencias
sociales, y a su capacidad para proponer estudios que enmarquen
temáticas políticas e históricas.

El objetivo específico es demostrar que el
fenómeno cultural de indumentaria en los jóvenes
universitarios de la ciudad de Puebla contiene evidencias del
proceso político trasnacional de colonialidad y que estas
evidencias pueden ser abordadas desde perspectivas de la
filosofía de las ciencias sociales que privilegian los
análisis multidimensionales. Utilizar por primera vez el
análisis multidimensional es un objetivo alternativo al
comprender el poco alcance de la interdisciplinariedad; pues consideramos que la
reflexión científica debe potenciar al conocimiento
y no limitarlo a esquemas prefabricados de veracidad y
falsación como lo pretenderían los adeptos a la
perspectiva de la lógica
formal. Los métodos
interdisciplinarios combinan técnicas
que satisfacen los requerimientos mínimos necesarios para
encuadrar una disciplina: el
método
etnográfico en la antropología, el estudio de
archivo en la
historia, los modelos en la
economía y la reflexión
teórica de la filosofía. Juntar cada técnica
de las disciplinas en una suerte de diálogo
académico solamente es reafirmar los límites de
la perspectiva interdisciplinaria; en cambio, el
método multidimensional rebasa toda limitación
disciplinaria y aboga por la innovación de los métodos; pues son
las técnicas instrumentos para el aprendizaje y
no esferas de cristal.

La perspectiva multidimensional exige al
científico utilizar toda oportunidad de acercamiento al
fenómeno y concluir aportaciones no solo meta-descriptivas
y diagnósticas, sino críticas, propositivas y
teniendo siempre en cuenta la política de acción, y
la acción de la política.

1. 4. MARCO CONCEPTUAL

Frente a los análisis que se hicieron para
establecer los vínculos adecuados a las evidencias
significativas de la indumentaria y el proceso de colonialidad o
coloniaje en países de América Latina fueron
variadas las teorías que se utilizaron. Los
análisis fueron los estudios in situ del centro
comercial, las entrevistas a
profundidad y los recorridos con jóvenes por la ciudad;
las teorías que se utilizaron fueron: la
antropología de la sobremodernidad, la filosofía de
la liberación, la epistemología crítica,
entre otras; sin embargo, el eje rector será la
visión multidimensional de los análisis que
esperamos construir. La multidimensionalidad aún no ha
encontrado una metodología sólida pues se propone a
favor del pluralismo teórico y con ello justifica el uso
de variados métodos para la construcción de
conocimiento.

La visión multidimensional ha sido enunciada por
muchos pero nunca con fines dogmáticos. El origen del
nombre es tema de polémica y no tenemos acceso a la fuente
original, pero el propósito fue claramente transmitido por
Fernand Braudel (Wallerstein, 1998) y E. P. Thompson (Thompson,
1995). Sobre los alcances pluralistas tenemos por un lado la
contrainducción del filósofo de la ciencia
Paul K. Feyerabend explicada a lo largo de su obra Contra el
método
(Feyerabend, 1989). Por otro lado, tenemos los
campos de fuerza de
los que nos previene Martin Jay en su compilación de
ensayos con trabajos sobre ética,
soberanía, ideología y genealogía (Jay,
2003).

La multidimensionalidad es la aproximación a la
base de una ciencia crítica que considera al otro
como un sujeto activo y por lo tanto no es posible de encerrar
con una categoría sofisticada y estable. La
multidimensionalidad permite poner en juicio las bases mismas del
método
científico y la ciencia moderna con fin de ponderar el
grado mítico fundacional de su pertinencia; conceptos como
verdad, objetividad, y disciplina
fueron los primeros; ahora intentamos poner a prueba la
pertinencia de conceptos como otredad, discurso
público
e indumentaria. Con base en la
multidimensionalidad abordamos temas referentes a la indumentaria
juvenil gracias a teorías propuestas por José
Carlos Aguado en su obra Cuerpo humano e imagen corporal
(Aguado, 2004), donde detalla las coyunturas entre la
ideología y la corporeidad atendidas desde la perspectiva
antropológica. Nos alejamos de la teoría de la
sobremodernidad de Marc Augé (Augé, 1998) para dar
forma a nuestra propuesta de artificios
identitarios
.

A continuación de los artificios identitarios, la
teoría de la colonialidad iniciada por Frantz Fanon
(Fanon, 1993) y continuada por filósofos y
científicos sociales latinoamericanos (Casanova, 1987;
Lander, 2000; Dussel, 2001) nos marca el camino para exponer las
nuevas formas culturales de dominación que van muy de la
mano con la discursiva inmersa en la indumentaria juvenil de la
universidad pública en la ciudad de Puebla. Las
filosofías de la liberación y las teorías
anti-colonialistas servirán tanto para describir
el fenómeno como para analizar las respuestas que han
nacido en países latinoamericanos.

Siguiendo la metodología contrainductiva,
cualquier teoría reivindicada en esta tesis será
utilizada en forma operacional y para ello nos alejamos de toda
posibilidad de dogmatismo teórico como ha pasado tan a
menudo con el empirismo
lógico y el materialismo
histórico. Cada concepto y categoría utilizado
en la tesis es inmediatamente definido y puesto a prueba para su
operacionalidad, pues, se intenta aplicar la teoría a la
realidad y no al revés.

1. 5. HIPÓTESIS TEÓRICAS

La primera hipótesis es que el estudio
multidimensional (operacionalizando las categorías de
ideología, enajenación, liberación y
colonialidad en el estudio del uso de ropa de marca) nos
permitirá hacer una aportación
epistemológica a las ciencias sociales; ya que el uso de
la ropa de marca en países latinoamericanos guarda un
argumento implícito relacionado con la filosofía
occidental, la transmisión de conocimiento y su
justificación.

La segunda hipótesis es que la ciencia social
está al corriente del proceso de colonización; con
el uso de ciertos conceptos del pensamiento
occidental-colonizador, la ciencia, sólo refleja el
racismo y
desdén a nuestras culturas. El concepto otredad
corresponde a un esquema excluyente de personificación del
no-occidental y lo subsume a relaciones materiales de
posesión, primero económica como fuerza de trabajo, y
luego epistemológica como concepto de
representación y análisis.

1. 6. APARTADO
METODOLÓGICO

Se ha dividido en tres marcos la
investigación con lo cual recurriremos a estrategias
diferentes para adentrarnos en ellas. El marco social necesita de
estudios in situ y trabajo de campo con el
grupo de jóvenes que presuponemos es representativo: los
jóvenes de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, en áreas sociales, que gustan
de comprar ropa de marca en el Centro Comercial
Angelópolis y que, entre otras cosas, trabajan y consumen
regularmente ahí. Es necesaria una descripción de
la publicidad y la geografía del centro
comercial y su apropiación para poder proponer un estudio
de la discursiva visual en este apartado. Las técnicas
etnográficas serán necesarias para acercarnos a los
tipos de apropiación del espacio y las discursivas
implícitas en la indumentaria. Se hicieron una serie de
entrevistas con jóvenes en espacios públicos; todas
las entrevistas fueron abiertas y no siguieron un cuestionario
rígido de preguntas. Las personas entrevistadas se
encuentran en un rango de edad entre 20 y 24 años y son
estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla.

El marco histórico necesita la revisión de
las teorías sociales vigentes que unan perspectivas
políticas en su aplicación. El camino recorrido de
la ciencia social nos dice más de la epistemología
que las teorías mismas. La investigación
documental
de teorías sociales se hará
explícita en este apartado y se privilegiarán los
documentos
latinoamericanos para respetar nuestro lugar de
enunciación.

El último marco es la propuesta inicial de la
tesis: la vinculación de la epistemología de las
ciencias sociales y la ideología política
implícita que surge del orden mundial establecido. La
verticalidad de las relaciones sociales y la desigualdad de
circunstancias culturales se presentarán como una
problemática para este marco de análisis. La
reflexión filosófica parece estar alejada de la
experiencia etnográfica; sin embargo, es la única
forma de fundamentar cualquier pretensión de verdad
científica; para ello, recurriremos a cuestiones
filosóficas en el último apartado.

El método utilizado será la
multidimensionalidad y el propuesto por Paul Feyerabend a lo
largo de su obra, la contrainducción. En primer
lugar el método contrainductivo acepta a la Historia como
eje rector de todo análisis científico. Haremos un
esfuerzo para trazar históricamente la colonialidad como
un proceso de larga duración en América Latina como
primer paso en la aplicación del método
contrainductivo. El segundo paso será la
utilización de categorías inestables para los
conceptos a niveles teóricos, pues han sido propuestos
para fines diferentes por sus creadores. Las diferentes
definiciones de los conceptos en estudios sociales han llenado de
homónimos el vocabulario científico y por lo tanto
es necesario trabajar con conceptos inestables que refuercen los
planteamientos a lo largo de la investigación; no que
limiten el campo de visión de la propuesta
epistemológica. El tercer momento o paso del método
contrainductivo será la perspectiva multidimensional de
los fenómenos.

Por último, dejaremos claro que la
multidimensionalidad es antinómica de la
multidisciplinariedad; pues ésta combina conocimientos
específicos y técnicas rigurosamente establecidas
en la definición de las disciplinas: el archivo para
Historia, el trabajo de
campo para la Antropología, la estadística para la Sociología, etcétera. La
multidimensional une a las perspectivas epistemológicas de
las ciencias sociales en una sola. Se recurrirán a
estrategias científicas probadas como la entrevista
y otras técnicas de trabajo pero sin limitar el campo de
acción de los estudios sociales sino
potenciándolos, para satisfacer nuestros ánimos
multidimensionales.

CAPÍTULO
PRIMERO:

El marco
histórico de la colonialidad y su contrapartida
filosófica en la política
latinoamericana

La colonialidad es el proceso en que un
sujeto-conquistador (ya establecemos una relación de poder
por sometimiento) desplaza del centro de la relación
social al otro, a una relación no social sino
material y de posesión; a partir de esta definición
podemos analizar la situación que históricamente
marca el camino del desarrollo de
las sociedades en relación con la guerra y las
invasiones. El sometimiento al que nos referimos sobre el
otro es la dominación en planos espectrales sobre
la estructura de representación y reproducción
social que se establece con la colonialidad. La colonialidad es
la dominación sobre un espacio geográfico, y, si
hay individuos, sobre su "imaginario", forma de vida, y
concepción del mundo.

Las relaciones sociales no son neutrales y no podemos
establecer conexiones horizontales al momento del encuentro cara
a cara entre dos personas; existen indiscutibles relaciones de
poder al enfrentar las pautas de comportamiento interiorizadas en
cada ser humano por medio de la cultura, la
reproducción social y la educación. A
partir de la colonialidad, el sujeto sojuzgado es dado por
hecho
en tanto que fuerza de trabajo (desde la
posesión material). La estatización del concepto de
otro de la ciencia clásica (nacida de las
relaciones de colonización) estableció la
relación para denominar a la caterva de pueblos
no-occidentales dominados. Enrique Dussel alude al hecho de
pensar el no-ser desde la posición de la
filosofía de la liberación que desmitifica la
mirada dulce y filantrópica del pensamiento moderno; es
precisamente ese no-ser pensado como otredad en
los discursos clásicos de la ciencia antropológica:
el negro, el indio, la mujer, el
niño de la calle, etcétera. En el capítulo
último de esta tesis extenderemos el tema de la otredad,
por ahora nos importa la colonialidad y su marco histórico
como proceso de larga duración.

Se ha trazado una teoría de la colonialidad y sus
efectos psicológicos desde la mirada crítica de
varios pensadores, Frantz Fanon entre ellos. Nacido en la
Martinica en 1925 y muerto en los Estados Unidos en
1961. Fanon, fue un psiquiatra interesado en el sentimiento
servil de los antillanos con los franceses; años
después, Fanon participó activamente en las
estrategias del Frente de Liberación Nacional de Argelia
durante la Guerra de Descolonización y los abusos del
presidente Lacoste en ese país. Vivió desde 1953
hasta 1957 en Argelia donde aprendió, desde la ciencia
psiquiátrica, la conducta
enajenada de los que llamó "colonizados" y al
fenómeno de enajenación cultural: "colonialidad".
Desde la perspectiva marxista de lucha de clases, Fanon
reunió material suficiente sobre las torturas
psicológicas que hacían los franceses sobre los
subvertidos argelinos y probó mediante la teoría de
la colonialidad cómo se programa
mentalmente a los sujetos colonizados para actuar
servilmente.

La obra más importante de Frantz Fanon es Les
damnés de la terre
, traducido al español
como Los condenados de la tierra, éste libro fue
publicado post-mortem y resulta ser la obra más
importante del medio siglo, pues marca desde la relación
de lucha de clases la importancia de los aspectos culturales en
la colonización y sus consecuencias psicológicas en
los colonizados. Al respecto el filósofo Jean Paul
Sartre
aseguraba en el prólogo de esta obra:

(…) se ordena reducir a los habitantes del
territorio anexado al nivel de monos superiores, para justificar
que el colono los trate como bestias. La violencia
colonial no se propone sólo como finalidad de mantener en
actitud
respetuosa a los hombres sometidos, trata de deshumanizarlos.
Nada será ahorrado para liquidar sus tradiciones, para
sustituir sus lenguas por
las nuestras, para destruir su cultura sin darles la nuestra; se
les embrutecerá de cansancio. Desnutridos, enfermos, si
resisten todavía al miedo se llevará la tarea hasta
el fin: se dirigen contra el campesino los
fusiles; vienen civiles que se instalan en su tierra y con
el látigo lo obligan a cultivarla para ellos. Si se
resiste, los soldados le disparan, es un hombre muerto;
si cede, se degrada, deja de ser un hombre; la vergüenza y
el miedo van a quebrar su carácter, a desintegrar su persona

(Sartre, 1988: 14).

La intrusión que los colonizadores hacen en la
vida social de los colonizados rebasa toda estrategia
militar y política; interfieren esta intrusión
intereses económicos y es llevada a cabo como un proceso
de dominación ideológico en que se despoja a los
habitantes de su forma de conocimiento; de ahí que algunos
llamen epistemicidio a esta forma de dominación
ideológica (Santos, 2001). En nuestra definición de
colonialidad afirmábamos la posesión material del
otro en la colonialidad: en primer lugar como fuerza de
trabajo y también la creación del concepto de
otredad del pensamiento moderno que objetiva las
estructuras de
vida social no-occidentales como corpúsculos de
conocimiento sobre la otredad, convirtiendo al sujeto en
pieza de museo, quizá en el mejor de sus casos.

La colonialidad en perspectiva macro-histórica
acompaña al evento más relevante del consciente
occidental: el "descubrimiento" de América. El
descubrimiento de que nuevas islas conquistadas por navíos
españoles constituían un territorio más
extenso que la África
misma marca un hito en los imaginarios europeos; el
descubrimiento desmitifica varias cédulas de
apropiación filosófica del medioevo: la
imposibilidad de circunnavegar la tierra,
más tribus de las mencionadas en la Biblia, entre otras.
El apelativo "descubrimiento" es en sí mismo
eurocéntrico; pues, entabla la interlocución de los
imaginarios europeos "antes y después" de la
reflexión sobre las nuevas tierras propiedad de
los Reyes Católicos. El evento de descubrimiento es de
invención de una nueva sociedad y
cultura; la América tiene su acta de nacimiento aun en los
cimientos medievales del siglo XV y no traerá paz a los
millones de habitantes naturales de las tierras descubiertas;
recordemos esa historia que los ancianos reconocen como el acto
genocida más brutal en la historia de la humanidad;
recordemos también la legitimación filosófica que
acompañó con la cruz cada expedición; ya que
es ahí donde inicia la historia de la colonialidad en
América Latina.

2. 1. EL PROCESO DE LARGA DURACIÓN DE
COLONIALIDAD EN AMÉRICA LATINA

Un proceso socio-histórico está definido,
por la escuela de los
Annales y en específico por Fernand Braudel, como la
articulación de los eventos que por sí solos
definen acontecimientos pero en conjunto explican la estructura
del tiempo
(Braudel, 1968). Los tres momentos de un proceso histórico
son los acontecimientos o procesos de corta duración; las
coyunturas o procesos de unión en la estructura; y por
último, los procesos de larga duración. Estructura,
coyuntura y acontecimiento son los eventos presentados en los
procesos socio-históricos y en conjunción resultan
la explicación histórica de toda tendencia en la
vida social.

Consideramos la colonialidad en América Latina,
desde una perspectiva histórica, como el proceso de larga
duración de dominación política,
ideológica y cultural que inició en América
Latina desde la llegada de los peninsulares ibéricos en el
siglo XV y del que podemos seguir dando cuenta hasta la fecha.
Las coyunturas en el proceso de larga duración son
respiros que han tenido los países latinoamericanos para
los cambios de gobierno entre
países y de los que podemos distinguir tres momentos
coyunturales: el primero sin duda es el comienzo de la HISTORIA
MUNDIAL en el siglo XV con la llegada de europeos a
América, con lo que inicia la exploración militar
más grande de la historia. El segundo momento coyuntural
es el aire de independencia
que recorre América desde 1776 con la declaración
de independencia de los Estados Unidos de América, la
Revolución
Francesa, y las independencias de América Latina; el
inicio de la Panamérica en el imaginario continental desde
Haití en 1804 y finalizando con Cuba en 1868.
El último momento coyuntural es la búsqueda de
nuevas formas de
gobierno en América Latina y la intromisión
militar de los Estados Unidos en los países del sur con
fines de dominación desde la publicación de la
doctrina
Monroe hasta el Destino Manifiesto del corolario
Roosevelt.

Hacer un recuerdo a la historia de América Latina
siguiendo esta línea del tiempo, y sobre todo resaltando
los períodos de dominación, parece ser lugar
común de los pensadores latinoamericanos. André
Gunder Frank desde 1969 insistía desde una perspectiva
económica la distinción de varias etapas y
locaciones de la centralidad en la explotación de la
tierra latinoamericana. Él proponía pensar la
relación desarrollo-subdesarrollo
y metrópoli-satélite; idea que continuó por
mucho tiempo cultivando al lado de Immanuel Wallerstein con la
teoría centro-periferia. Frank consideraba una tesis
tripartita en su libro Lumpenburguesía:
lumpendesarrollo
:

(…) la tesis tripartita que trataremos de
sustentar mediante el examen de hechos determinantes en cada una
de las principales etapas de la historia latinoamericana desde la
Conquista
hasta nuestros días: I) como lo señalaron Adam Smith y
los propios conquistadores y sus acompañantes religiosos,
la Conquista colocó a toda Latinoamérica en una posición de
creciente subordinación y dependencia económica
colonial y neocolonial con respecto al sistema mundial
único del capitalismo comercial en expansión; II)
como lo señalan también los religiosos
después de la Conquista y el mexicano Mariano Otero en
1842, esta relación colonial o neocolonial con respecto a
la metrópoli capitalista ha formado y transformado la
estructura económica y de clases, e inclusive la cultura,
en el seno de la sociedad latinoamericana, haciendo que esta
estructura nacional se transforme como consecuencia de los
cambios en las formas de dependencia colonial; y III) como
también lo señala Mariano Otero, esta estructura
colonial y de clases determina "intereses muy directos" de
clase para el
sector dominante de la burguesía que, a menudo
valiéndose de los "gabinetes" gubernamentales y
demás instrumentos del Estado, generan políticas
del subdesarrollo en lo económico, social, cultural y
político para la "Nación" y el pueblo
latinoamericano
(…) (Frank, 1969: 13-14).

Frank discute las relaciones de dominación desde
la perspectiva de la colonialidad y la lucha de clases; nosotros
nos apegamos a la perspectiva de la colonialidad y la
historicidad como fuentes para
develar las relaciones de dominación haciendo
énfasis en la filosofía y la antropología;
aunque también aceptamos muchos de los términos
propuestos por las teorías anteriores como:
subdesarrollo, burguesía y
dependencia. Los eventos significativos del proceso de
larga duración de colonialidad serán clasificados
de acuerdo a la influencia extranjera que vivieron los
países americanos: por una parte, de los países de
Europa en los dos
primeros momentos; y por otra, el período en que se
vivió la dominación estadounidense sobre
América Latina desde mediados del siglo XIX hasta la
fecha. El primer momento de colonialidad comenzó en toda
América con la llegada de los peninsulares
ibéricos, en lo que hoy se considera América
Latina, y los inmigrantes nórdicos en el actual territorio
de Estados Unidos.

La formación de los Estados-Nación
americanos se debe a las independencias en toda América, y
culminó con la aceptación de las influencias
francesas e inglesas; este tipo de dominación fue
político e ideológico, y se diferencia en grado del
anterior periodo de dominación ibérico que fue
militar; evidentemente ningún momento de dominación
ha sido solamente en un campo (en el sentido de los campos
sociales de Bourdieu), sino que son una compleja estructura de
intromisión que puede ser abordada desde diferentes
perspectivas y análisis multidimensionales.

El tercer momento de colonialidad está marcado
por la intromisión de Estados Unidos en la vida
política de América Latina; los eventos fueron
despiadadas irrupciones militares y una consecutiva planeación
de infiltración cultural, que no ha cesado hasta la fecha.
Desde el plano internacional podemos observar tres etapas del
tercer momento: 1) 1908, la publicación del corolario
Roosevelt; 2) el designio internacional e inalterable de guerra
fría desde 1945, hasta la caída del bloque
soviético; y por último, 3) desde las revoluciones
de 1989 en Europa del Este, hasta el día de
hoy.

Debemos estar claros que cada etapa de colonialidad ha
tenido un sustento filosófico específico con el que
se legitimó cada intromisión colonial. Cada una de
las tres etapas ha sido justificada a partir de escuelas
filosóficas que reditúan legitimidad a cambio de
homogeneidad como paradigma de
conocimiento: es el caso de la escolástica en la primera
colonialidad, y la racionalidad en la segunda. En el tercer
periodo la colonialidad ha variado en forma y fondo: los tipos de
invasión ahora se propagan como formas culturales y no
solamente políticas y económicas, como por ejemplo
la intrusión de representaciones pictóricas en los
medios masivos
de comunicación que esperan crear un consenso positivo
sobre la vida cotidiana y los elementos del "bienestar" basado en
el consumo; debemos estar atentos pues es incierto el tipo de
proyecto que se ha alcanzado en las últimas décadas
sobre los países latinoamericanos; ésta tesis
propone la descripción de fenómenos culturales que
se enmarcan en la tercer etapa de colonialidad y cuyas
implicaciones políticas se comprenden a partir de la
reflexión filosófica. Podemos ahora abordar el
proceso de larga duración colonial en América
Latina para proseguir con la explicación de la Moda en la
vida social latinoamericana. El plan de
exposición para la colonialidad es por eventos y plantea
una línea del tiempo basado en acontecimientos sin perder
el eje rector que es el proceso de larga duración.
Evidentemente deseamos incluir la contrapartida del ideario
político netamente latinoamericano que viene a ser la
respuesta del proyecto político-filosófico de
colonialidad, pero que al nacer de él se desprende como su
propia contradicción.

El ideario político es la respuesta de
conscientes anticolonialistas; es decir,
personas que anticiparon la confrontación en planos
epistemológicos con la forma de dominación
imperante de cada etapa; son los movimientos de liberación
nacional y revolución
a las que nos referimos. De la primera revolución o frente
anti-colonialista surgido en sí mismo por la primera
colonización se iniciará el tránsito para la
segunda colonización violenta pero hará el
nacimiento de la respuesta más importante de nuestro
ideario político: la idea de Nuestra
América.

La primera revolución o tránsito que ocupa
una función
coyuntural del desarrollo de América Latina atrae nuevas
perspectivas al consciente latinoamericano; sin embargo, debemos
empezar con la primera colonización en una suerte de
explicación cronológica para establecer las bases
del pensamiento al que nos referimos. La presentación
será de tipo lineal sin explicar demasiado los motivos o
tránsitos e implicaciones; proponemos un recuento de las
etapas de colonización y el surgimiento del pensamiento
filosófico latinoamericano que permitirá su defensa
y respuesta epistemológica al proceso de
colonialidad.

2. 2. LA PRIMERA COLONIZACIÓN VIOLENTA, E
INVENCIÓN DE AMÉRICA

Nos referimos exclusivamente al área de
América Latina por considerar como lugar de
enunciación al conjunto de factores culturales que acercan
a los países que ahora se encuentran al sur del río
Bravo y cuyas costas conocen bien los océanos
Atlántico y Pacífico. Los países del caribe
también son considerados dentro de nuestro estruendoso
marco histórico, y participan de forma significativa en el
paraje cultural que queremos aludir.

El día 2 de enero de 1492, después de
setecientos años de ocupación, los ibéricos
recuperan la ciudad de Granada de manos de los musulmanes por
medio de los pactos secretos con el rey Boabdil; dos meses
después los judíos
son expulsados también de la península. Los reyes
católicos, que entonces se encontraban con un reino lleno
de pequeñas guerras
civiles, aceptan financiar la exploración marítima
del marinero de origen desconocido, y poco popular,
Cristóbal Colón.

El ahora afamado Cristóbal Colón llega a
tierras que supone las indias orientales el 12 de octubre de 1492
y comienza con él la conjunción de las historias
culturales en un proceso de construcción de la Historia
Mundial. Se considera el descubrimiento más importante de
la historia, aunque el contacto entre continentes había
tenido ya su lugar quinientos años antes: cerca del
año 995 cuando el normando Bjarne Herjulfsson
encalló en el continente (Toro, 1940); incluso antes el
noruego Erico había intentado establecerse en tierras que
llamó Groenlandia, y su hijo Leif Eriksson fundó la
colonia de Leifsbuder llamando Vinlandia al territorio
descubierto.

Quinientos años después con la llegada de
los peninsulares ibéricos a finales del siglo XV da inicio
a la exploración militar y colonial exitosa más
grande de la historia. Llegados los ibéricos a las islas
de Haití y asentados en las islas de Santa María de
la Concepción, Fernandina, Isabela y Juana (que hoy es
Cuba) comenzaron a explorar el continente iniciando por la
península de Yucatán, en lo que hoy es
México.

Los portugueses y españoles, que ya afianzaban
relaciones alejadas del sentimiento étnico y
establecían relaciones políticas, recurrieron el
año de 1493 al arbitraje
canónico para delimitar los territorios de acción a
los que tendría derecho cada reino. El Papa Alejandro VI
impuso las hoy llamadas bulas alejandrinas, que fueron cuatro y
se corrigieron en 1494, con la "línea de
demarcación" para distinguir las propiedades de Portugal y
España
en los continentes de América y África. La
línea divisoria pasaría a 270 leguas al Oeste de
las islas de Cabo Verde y se conoció como la "línea
alejandrina" (Toro, 1940).

La ratificación de la línea divisoria se
dio el día 7 de junio de 1494 con el Tratado de
Tordesillas. El Tratado es el documento que inicia el proceso de
colonización de América y resulta uno de los
más importantes en la historia mundial; pudo serlo por la
legitimación recibida desde la centralidad papal y la
aceptación de la escuela filosófica imperante en
ese momento: la escolástica que explicaremos más
adelante. La cuadrilla de Hernán Cortés, Pedro de
Alvarado, Francisco Pizarro y Gonzalo Sandoval sembraron el
terror desde las tierras descubiertas en los imperios mexica,
mixteco, zapoteco, quiché, guaraní, inca, entre otros. Después
de la etapa de conquista, ya que cada vez más
españoles ávidos de nuevos aires llegaran a
América, los reyes españoles crearon los
virreinatos en los nuevos territorios como forma de organización política de los
territorios donde abundaba la plata y el oro. Se
establecieron en América los virreinatos de Nueva
España, Perú, Nueva Granada y Río de la
Plata. También se establecieron capitanías tanto en
territorios españoles como la Guatemala y
Brasil que
comenzaba a ser explorado por los portugueses.

Durante el período de colonización se
estima que el 95% de la población nativa murió en
un periodo de 130 años después del arribo de
Cristóbal Colón (Galeano, 2002), tan solo 24
millones de indios en el territorio del actual país de
México. En los territorios del norte del continente los
británicos comenzaron con la colonización de las
costas atlánticas en 1607; para 1733 ya poseían las
trece colonias con pobladores ingleses, alemanes, holandeses,
casi todos puritanos y algunos judíos. Fueron los
holandeses quienes en el año de 1626 compraron la isla de
Manhattan a los jefes indios y fundaron la ciudad de Nueva
Ámsterdam; después de serles arrebatada, la ciudad
de Nueva Ámsterdam, por los ingleses fue rebautizada bajo
el nombre de Nueva York: centro económico del siglo XX. La
diferencia entre las Américas nórdica y latina se
afianza con los años y tendrá su etapa más
importante en la tercera colonización de América
Latina por la expansión geográfica y
económica de Estados Unidos, por ahora debemos continuar
la descripción histórica.

Si bien se estableció el coloniaje en toda
América también desde sus inicios se establecieron
las bases para el nacimiento de un verdadero pensamiento
latinoamericano: el pensamiento de José Martí
reivindica la América Latina como Nuestra América y
el apelativo es aceptado por la comunidad
intelectual latinoamericana (Cardenal, 1981). A
continuación el extracto de un discurso de Hart
Dávalos en Cuba donde se observa la distinción
entre Américas y la alusión al pasado cultural
común con los indios del territorio
continental:

La vocación universal de Nuestra
América, hija de la amplísima diversidad de sus
componentes culturales, constituye un factor extraordinariamente
valioso para un mundo donde la estrechez nacionalista, el
chovinismo y la prepotencia imperialista limitan el desarrollo de
la más amplia libertad
creadora, y esa vocación puede y debe desempeñar un
destacado papel en la lucha por la paz del mundo.

Por razones económicas, históricas y
culturales, la liberación de Nuestra América ha de
influir incluso en los propios Estados Unidos, con cuyo
país nos entenderemos sobre la base de la igualdad, el
respeto mutuo y
la clara comprensión de que también allá en
la otra América, hay pueblo trabajador, masas explotadas e
intelectuales
honestos y progresistas, muchos de los cuales son de nuestros
mismos orígenes culturales
(Dávalos, 1981:
15-16).

La primera colonización en América Latina
es militar y establece sobre los indígenas nativos de las
tierras un nuevo orden estructurado sobre la base de la
filosofía política absolutista, cuyo cimiento
epistemológico es la escolástica. Como
filosofía imperante, la escolástica, sienta la
estructura de representación dentro del imaginario
medieval europeo: los imaginarios, conscientes colonizadores,
mitos y
tragedias, el poder absoluto de los monarcas, el trabajo servil y
las refrendas feudales. Al ser instaurada en los territorios
americanos sucede en la misma trayectoria de conquista la
"colonización del imaginario indígena", con la
catequización primero y la enseñanza filosófica
después.

Los primeros iniciados en la filosofía
escolástica en el "Nuevo Mundo" fueron indios
pertenecientes a las altas jerarquías políticas de
los imperios conquistados, y sus descendientes. Fueron inscritos
en las universidades fundadas bajo el modelo
salmantino y en las que destacan la de Santo Domingo, fundada en
1538; la de México y San Marcos de Lima, fundadas en 1551;
la de Guadalajara; Guatemala; Charcas; Córdoba, y Huamanga
(Beorlegui, 2004).

Las corrientes escolásticas enseñadas en
los centros universitarios fueron: la tomista, la escotista, y la
tradición de pensamiento iniciada por Francisco
Suárez, primer pensador moderno para Enrique Dussel
(Dussel, 1994). Los pensadores destacados que fueron educados en
terrenos del Nuevo Mundo fueron educados por humanistas llegados
de España que participaron en el proyecto educativo de
formación universitaria. Profesores como Alonso de la
Veracruz y Tomás de Mercado tuvieron
pupilos destacados como Nicolás de Olea, Juan Pérez
Penacho, Alfonso Briceño, Agustín Quevedo y Antonio
Rubio, autor de la magna obra Lógica mexicana
(Beorlegui, 2004).

Un ejemplo de las aportaciones a la filosofía
escolástica desde territorios americanos es la obra
Cursus Philosophicus del venezolano Antonio José
Suárez de Urbina. En su obra, Suárez, trata temas
relacionados a la dialéctica, el accidente y algunas otras
cuestiones primarias de la escolástica, siguiendo en pie
las obras de Santo Tomás y San
Agustín; en su Logica Parva el autor nos
aclara:

1. Dialecticae doctrina in
compendium redactarus, ab ipsius vocis ethymologia exordium
sumendum putavi. Derivatur ergo a verbo graeco "dialegomai", quod
latine es ac "disputo"; quare a Divo Augustino definitur "scentia
bene disputandi".

1. Al tratar de resumir la doctrina
de la Dialéctica, juzgué oportuno comenzar por su
etimología. Se deriva del verbo griego
"dialégomai", que es lo mismo que en latín
"disputo", por lo que San Agustín la define como la
"ciencia de debatir correctamente"
(Suárez,
2000:2).

Podemos observar en esta etapa de colonización
cómo el proceso de conquista rebasa los campos de
explotación económica y se instaura como un proceso
totalizador que abarca casi todos los campos de la vida social,
por ejemplo el filosófico. En la filosofía
política podemos observar la conjugación de una
organización social rígida sostenida con
pensamientos filosóficos hegemónicos. La
estética y erótica están delimitadas por las
jerarquías raciales que se imponen en los imaginarios;
incluso el arte es
seriamente afectado por las relaciones políticas de
dominación cuando una nación se impone sobre otra y
no respeta sus singularidades culturales.

La escolástica fue la justificación
filosófica que permitió el periodo de colonia
durante tres siglos en territorios americanos; por ello, el
Vaticano es uno de los centro de políticos más
importantes que debe ser tomado en cuenta al momento de hacer
Historia y explicar las bases de la cultura, que después
será considerada auténticamente latinoamericana.
Podremos ver en el apartado de la epistemología
crítica (capítulo cuatro) que la escolástica
fue reformada por teólogos contagiados por el desencanto
de la realidad económico-política de nuestros
países y cuyo resultado fue la Teología de la
Liberación.

La colonización, que comenzó a finales del
siglo XV, atravesó un proceso de desestabilización
a partir de la lucha de independencia de las colonias
británicas en el norte del continente, las cuales
consiguieron establecerse como un estado-nación
independiente y soberano desde 1776 con la Declaración de
Independencia. En los pueblos del sur comenzó la ola de
disturbios provocados por la Revolución Francesa de 1789,
y que dejó a Haití en la incertidumbre. El arrojo
de François Dominique Toussaint-Louverture y Jean Jacques
Dessalines condujeron a Haití a la proclamación de
su independencia en 1804.

En los territorios ocupados por los europeos
mediterráneos surgieron diferencias sociales con el
establecimiento de las nuevas castas. La mezcla entre indios,
negros y europeos trajo consigo la distinción de nuevas
castas que fueron situadas jerárquicamente con fines de
explotación. La colonialidad es una dominación
donde se desplaza de la relación social a los dominados a
una relación de posesión; en los imaginarios se
aprenden las jerarquías raciales de acuerdo a argumentos
fundamentados por filosofías específicas como la
escolástica, en este caso la escolástica
aceptó esta jerarquía racial: hasta arriba los
europeos, siguiendo los criollos (europeos nacidos en
América), y después todos los
demás.

2. 3. LA SEGUNDA COLONIZACIÓN VIOLENTA, E
INVENCIÓN DE AMÉRICA LATINA

Desde sus inicios la colonización en
América se distinguió por la exclusión
racial, la explotación esclavista de los indios americanos
y los negros traídos por la fuerza desde África.
Los movimientos de independencia se explican de acuerdo a
interpretaciones nacionalistas; las cuales afirman que los
criollos carentes de poder político fraguaron las
búsquedas de independencia en los territorios controlados
por españoles. Las oposiciones constantes de los
sacerdotes de la orden de La Compañía de
Jesús al régimen absolutista ocasionaron que
fueran, decenas de veces, expulsados de territorios americanos;
incluso de Brasil, los jesuitas
fueron expulsados varias veces. Algunos criollos infiltraban
ideas masónicas e ilustradas en contra de la iglesia;
exhibían documentos franceses sobre los Derechos del Hombre y la
Razón Científica. En Bogotá Antonio
Nariño tradujo la Declaración de los Derechos del
Hombre con lo que animó el ímpetu por ideas
independentistas de la clandestinidad. Francisco de Miranda fue
otro sujeto que supo inculcar en sus coetáneos el deseo de
libertad y la búsqueda de la razón sobre los
designios de la Iglesia.

Las luchas de Independencia comenzaron en los
territorios hispanoamericanos con las asociaciones secretas de
pensadores que se mostraban en contra del absolutismo
del rey de España y la Iglesia. Una nueva filosofía
venía a contrarrestar el poder de la escolástica:
era la filosofía de la racionalidad
científica
muy aceptada en Europa y Estados Unidos
que se valía ante todo por la demostración
empírica de los hechos para considerarlos
verdaderos.

El positivismo, o
lógica formal, representa la justificación
filosófica de la segunda colonialidad violenta como lo
vimos en el recuento histórico de los eventos
políticos. La racionalidad subvierte a la
escolástica a supercherías, y el método
científico rige las decisiones de estado. Ya había
sido golpeada la forma de construcción de conocimiento de
los pueblos indígenas por la escolástica y ahora
con la racionalidad se aproximará a su extinción
total. De las importaciones
científicas como la medicina y la
química se
comienza el epistemicidio, científicamente justificado, de
la medicina tradicional, el arte, la cosmovisión, y las
prácticas indígenas que ahora se funden con la
religiosidad católica dando paso a un aspecto importante
reivindicado más tarde como identitario
latinoamericano.

Las guerras de independencias fueron fruto del poder de
convocatoria de grupos clandestinos que llevaron a personas como
Simón Bolívar,
Miguel Hidalgo
y Costilla, Antonio José de Sucre, José de San
Martín, Francisco de Miranda, y Bernardo O"Higgins, a
encabezar las filas de insurrección en diversos
territorios controlados por los españoles en
América. Las luchas de independencia se dieron desde 1804
con la resolución de Haití por convertirse en
imperio; hasta 1868, con el Grito de Lares, que proclama a Cuba
independiente de la corona española. Durante un siglo de
búsqueda de la estabilidad se dieron enfrentamientos
violentos en todos los países que nacían en ese
entonces.

Más de un siglo duraron las guerras civiles y
luchas intestinas en los países latinoamericanos y del
caribe; decenas de gobiernos se vieron interrumpidos por los
designios de grupos de choque que deseaban poder en los nuevos
Estados-Nación.

Las ideas ilustradas se veían airadas por
pensadores latinoamericanos que recurrían a Bentham y a
Comte para fundamentar sus escritos; algunos pensadores, incluso,
deseaban pertenecer al imperio francés para continuar la
producción intelectual. Por otra parte, los
Estados Unidos se dedicó al sometimiento militar de
países latinoamericanos con la intención de
explotar sus recursos
naturales y sacar beneficio de su inestabilidad
política, los primeros países en sucumbir al terror
estadounidense fueron Cuba y Puerto Rico que
permanecieron sometidos al orden norteamericano por bastante
tiempo (Cuba hasta su revolución en 1959 y Puerto Rico
aún pertenece como protectorado estadounidense). En
México durante la Guerra de Independencia de Texas y
anexión a los Estados Unidos se dio una batalla de
conquista entre los países vecinos.

En 1848 la guerra de México contra los Estados
Unidos terminó con el despojo de más de la mitad
del territorio de nuestro país vencido, el territorio que
Santa Ana aceptó entregar a los Estados Unidos alcanza la
extensión de dos millones quinientos mil kilómetros
cuadrados más la indemnización de 15 millones de
dólares que México acordó pagar a los
Estados Unidos, con la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo, como
indemnización por los daños causados a su
ejército. En 1953 el oriundo de Nashville Tennessee,
William Walker, intentó fundar la Nueva República
de Baja California, aunque su aventura sólo duro cuatro
meses.

La influencia que tuvieron las ideas ilustradas
constituye una segunda fase de colonialidad en América
Latina. La construcción de los Estados-Nación
latinoamericanos surgió como un experimento en la
búsqueda de una verdadera identidad latinoamericana. Desde
los inicios se instauró la constitución como base de la vida
política y social de los ciudadanos; la legalidad fue
fuente de orden social y se intentó por todos los medios
el despojar a la iglesia católica de sus beneficios
económicos. El experimento de constitución y las
asambleas prolongadas de España, durante el secuestro de
Felipe VII, dejaron buenas ideas a hombres como Ramos Arizpe,
embajador de la Nueva España para las Constituciones de
Cádiz.

La colonización cultural que vivieron los
países latinoamericanos fue patrocinada por los jefes de
estados que proponían formas de vida social que imitaban a
las europeas mediante intentos vanos de "blanqueamiento" de las
razas latinoamericanas. Comenzaron las modas de la clase alta por
afanarse costumbres europeas; Benito Juárez es considerado
uno de los mejores ejemplos del nuevo orden que se vivió
entonces; pues, a pesar que provenía de un pasado
indígena analfabeta, al conseguir el poder se
desarraigó del sentimiento étnico y entabló
una lucha contra las religiones y
etnicidades buscando la instauración del modelo
económico liberal a toda costa. Las leyes de reforma
son consideradas un éxito
desde la visión liberal, pero son un fracaso desde la
perspectiva anticolonialista que aquí proponemos. El
pensamiento emancipador de inicios del siglo XIX está
marcado por las relaciones geopolíticas y los movimientos
anti-absolutistas de occidente. Los movimientos de independencia
que se vivieron en los países occidentales, la
reformulación de los estatutos básicos de vivienda
en conceptos teóricos diferentes, y las adscripciones
nacionales reformadas, intervinieron en la percepción de
los intelectuales que vivían en las colonias
españolas.

Los levantamientos armados duraron, en la incipiente
América Latina, alrededor de ochenta años y
sufrieron accidentes
relacionados con la "colonialidad inglesa y francesa", que
representa para nosotros la segunda colonialidad violenta en
Latinoamérica. Los accidentes fueron instauraciones
precoces de dictaduras en diferentes países como
Argentina, Paraguay, Chile y
México. Los dictadores Juan Manuel Rosas,
José Antonio Páez, José Gaspar
Rodríguez Francia, Diego Portales y Antonio López
de Santa Ana, mostraron a los intelectuales políticos con
sus pillajes que la lucha no había terminado y la
reformación de los Estados-Nación latinoamericanos
debía estar basada en la búsqueda de
constitucionalidad; con ello, se dio la etapa que Beorlegui llama
Constitucionalista, y que tuvo una clara influencia positivista
(Beorlegui, 2004).

Los intelectuales más destacados en
América Latina fueron: Andrés
Bello, José Victorino Lastarria, Juan Bautista
Alberdi, Gabino Barreda, José María Luis Mora, y
algunos otros que reivindicaron ideas liberales,
masónicas, organizacionales francesas y estadounidenses,
pero en particular se fundaron pensamientos basados en los
presupuestos
teóricos positivistas. Leopoldo Zea, en su obra El
pensamiento Latinoamericano
, nos explica:

En el famoso discurso de inauguración de la
Academia de Bellas Letras, Victorino Lastarria realizaba en la
divisa de Augusto
Comte,
orden y progreso, una alteración: "Que
nuestra asociación –decía- tiene el
propósito de satisfacer una necesidad social, es
incuestionable. Demasiado bien lo prueba la circunstancia de
haber aceptado todos nosotros, sin trepidación y con
franqueza, la primera base nuestra institución, que, al
darle por objeto el cultivo del arte literario, adopta como regla
de composición y de crítica, en las obras
científicas, su conformidad con los hechos demostrados de
un modo positivo por la ciencia, y en las sociológicas y
obras de bella literatura, su conformidad
con las leyes de la naturaleza
humana, que son
libertad y progreso". Pocos
años antes, en México, otro positivista, Gabino
Barreda, había realizado una operación semejante
sustituyendo el
amor, orden y progreso por
libertad, orden y progreso (Zea, 1976: 251-252).

Con Victorino Lastarria, Andrés Bello y Gabino
Barreda inicia la segunda etapa de emancipación de
España por los países latinoamericanos pero con una
constante importación de teorías extranjeras
como las ideas positivistas y krausistas. Se intenta, a lo largo
del siglo XIX en América Latina, la fundación de
una cultura nueva distinguida no solo en geografía sino en
arte y literatura pero con la base moderna occidental; para
develar el sentimiento de imitación de los intelectuales
positivistas latinoamericanos con los "teóricos modernos"
debemos leer entre líneas el siguiente párrafo
de Rex Crawford:

El progreso ético es tardado, mas se logra;
el hombre

(José
Ingenieros) aprende a imitar a los nuevos modelos que
presentan los santos que son virtuosos a la moderna. Hemos usado
la palabra santo, porque es característica de Ingenieros,
pues para él, la virtud más elevada es inseparable
de la superioridad intelectual; su más alto ideal es la
sabiduría que incluye la integración de la
personalidad, la inteligencia
superior y la bondad consumada
(Crawford, 1966:
140).

Pensadores como Alberto Zum Felde, uruguayo, buscaron
continuar la tarea constitucionalista para países que se
oponían al yugo militar de las fuerzas que alguna vez
habían sido libertarias y que, sin embargo, ahora se
mostraban déspotas con los ciudadanos. José Pedro
Varela en su obra De la legislación escolar
proponía "acabar con la raíz de todas las
dictaduras educando al pueblo" (Beorlegui, 2004: 308).

Otro hallazgo fundamental en el pensamiento
filosófico de finales del siglo XIX fue publicado en
México por el gran cubano de todos los tiempos:
José Martí.
Nuestra América es la concepción álgida del
sentimiento de identidad y el compromiso con la gente que lucha
por su liberación en contra del coloniaje. Se rescatan en
esta perspectiva verdaderas posturas superiores en genialidad a
cualquier intento de filosofía hecho antes. Una muestra del
hombre y sus pensamientos documentados en el artículo
Nuestra América de Martí nos regala Zea en
su compilación Fuentes de la cultura
latinoamericana
:

No hay odio de razas, porque no hay razas. Los
pensadores canijos, los pensadores de lámpara, enhebran y
recalientan las razas de librería, que el viajero justo y
el observador cordial buscan en vano en la justicia de la
naturaleza,
donde resalta, en el amor
victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del
hombre. El alma emana,
igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca
contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición
y el odio de las razas
(Zea, 1995a: 126-127).

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